Los voluntarios de Rescate Animal Internacional se quedaron perplejos, cuando después de recibir una llamada, acudieron a ver una caja de cartón abandonada.
Dentro, estaba el peor caso de negligencia y maltrato animal que habían visto en años. Se trataba de un bebé orangután huérfano, que había sido dejado ahí para morir de hambre y deshidratación.
El pequeño de 5 meses, al que llamaron Gito, estaba vivo pero necesitaba atención médica urgente.
Gito perdió a su madre a manos de un cazador furtivo y estaba viviendo como mascota en el pueblo de Borneo. La caja donde lo encontraron no estaba protegida del sol y se encontraba llena de orina.
A causa de la insolación y el hambre, adoptó una postura igual a la de las momias y luego fue incapaz de moverse.
Inmediatamente, los rescatistas se subieron a su moto y lo trasladaron de emergencia a la clínica más cercana.
A pesar de que las probabilidades estaban en su contra, sobrevivió el viaje hasta el hospital, donde después de un rápido chequeo fue diagnosticado con sarna sarcóptica.
Estaba tan débil, que ni siquiera podía permanecer sentado.
Lo triste es que Gito no ha sido el único orangután bebé que es sacado de su hábitat para mantenerse como mascota exótica.
Afortunadamente, ahora está a salvo y se está recuperando.
Sin embargo, aún le queda un largo camino que recorrer…
En los últimos 100 años, un 80% de orangutanes se han perdido de la misma manera que Gito, pues son llevados a sitios donde no pueden sobrevivir sin sus madres. El tráfico de animales exóticos es algo que debería detenerse a como dé lugar.
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